La propuesta arquitectónica del edificio parte de resolver e incorporar todos los parámetros funcionales del programa dentro de la estructura edificada dada, (incluidos aquellos que optimizan la flexibilidad) y de concretar su materialidad, entendiendo que el edificio, de uso administrativo en un entorno residencial, ha de alcanzar una presencia aceptada y reconocida de forma inmediata por los ciudadanos.

La fachada principal configura el carácter público del edificio con el fin de integrarse como un elemento reconocible en la trama urbana de la ciudad.
Nos valemos de ejemplos que ofrece La Rioja, sobre cómo significar una piel pétrea a través del relieve, y cómo conseguir permeabilidad a la iluminación, para proteger el edificio del sol en verano y favorecer la relación con el exterior.
Trabajamos los parámetros de relieve y celosía, para dotar de carácter singular a la fachada que materialmente se resuelve a base de cerramiento de doble piel de elementos modulados prefabricados de chapa, con recerco y carpintería seriadas.
A escala urbana, quiere destacar el carácter monolítico y escultórico de la pieza, A escala cercana, la fachada ofrece un juego de patrones de gran sencillez pero que agrupados generará un mosaico de fuerte contraste tonal.